A partir de un archivo personal y familiar, compuesto por más de 120 horas de video entre material análogo y digital, se realizó un proceso de investigación-creación con un enfoque experimental, formal y técnico desde la imagen y la sonoridad. Dada la precariedad de la imagen, en formato y en captura, se precisó la aceptación de las condiciones propias del archivo mediante la exploración de lo contemplativo y de lo poético. Esto se hizo esencial para llegar a una obra final conformada por tres piezas dotadas de sentido plástico que evocan sentimientos y recuerdos desde el audiovisual

 

En Memorama contra el olvido para un futuro incierto se propician enlaces emocionales y espaciales con objetos, geografías y cuerpos representados en el archivo. Se buscó hacer evidente lo fascinante del simbolismo en la textura, el sentido y la captura de la imagen en movimiento a lo largo del tiempo y en diferentes soportes. Todo esto contribuyó a entretejer una relación con la memoria personal y los recuerdos, mismos que, parten comúnmente de lo subjetivo de las emociones y los sentimientos para migrar hacia visiones más amplias y complejas; pero no por ello inacabadas, sino quizá, trascendentes.

 

Esta resonancia de imágenes y sonidos entre símiles y dispares fue posible gracias a la recuperación, calificación y edición del archivo, lo que permitió generar un devenir entre pasado y presente. Además, esto ayudó a resignificar el archivo mismo y su poder audiovisual en la recuperación y conservación de la memoria; una memoria de la que se busca todos sean parte para que, a partir de esta, se establezcan enlaces y conexiones desde la particularidad de cada espectador.